Lee con atención el texto y responde a las cuestiones en la libreta LC, envía la tarea al terminal al correo profe.mjose.seixo@gmail.com
Redacta un texto explicando las manías que conoces de alguien o las tuyas propias, cuida la presentación , la ortografía, la puntuación. Justifica porqué las consideras manías.
Manías
Todo el mundo tiene sus manías.
Mi madre, mi padre. [...]
Mi padre tiene
la manía de asegurarse que ha cerrado la puerta después de haber cerrado la puerta. Me explico: si salimos de casa cierra
la puerta con la llave. Pero, inmediatamente después,
la vuelve a abrir para volverla a cerrar.
Como si antes no lo hubiera estado. Hay
veces que, por las prisas, o lo que sea, se olvida de cerrar
dos veces la puerta. Salimos de
casa, cierra, bajamos en el ascensor
hasta el garaje, subimos al coche y dice:
—No sé si he cerrado la puerta.
—Pues
claro que la has cerrado
—le contesta mi madre.
—No sé, no sé —dice él.
Sale del coche y sube a casa. Abre la puerta y la vuelve a cerrar. Ya
digo: manías.
Pero es que
esta manía, una vez, casi
acaba en un terrible embrollo.
—Qué raro que tu padre no haya cerrado
dos veces la puerta —me dijo mi madre,
mientras mi padre
metía las maletas
en el coche. Me encogí de hombros. Mi padre puso el coche en
marcha y salimos del garaje. Salimos
de la ciudad, salimos de la provincia, salimos de la región. Cuando
llevábamos recorridos más de cuatrocientos kilómetros, mi padre se
aclaró la garganta y dijo:
—Vaya, me parece que no he cerrado bien la puerta.
—No te preocupes, cariño —le dijo mi madre—.
La has cerrado perfectamente.
—¡Uf! Estoy seguro de que no. Habrá que
regresar —dijo rascándose la cabeza con
una mano, la otra sobre el volante, como si fuese cosa de dos minutos darle gusto a su manía. […]
—¿No pretenderás volver a casa? —preguntó mi madre.
—Por supuesto.
—Esa manía tuya se va a convertir en locura. [...]
—Un momento —dije yo (los dos volvieron la cabeza y me miraron como si fuera
una aparición. Como si fuese nuevo)—.
¿Qué tal si llamamos a la vecina? Ella puede comprobar si la puerta está
o no está cerrada. Es mucho más sencillo que darnos la vuelta.
—Tiene razón el chico —dijo mi madre, mirando su reloj.
—No sé, no sé —dudó mi padre.
Mi madre marcó el número y le explicó a
mi vecina lo que tenía
que hacer. Justo en ese
momento pasó una bandada de pájaros formando
una uve. Los conté. Justo el mismo número que la suma de los números de la matrícula de nuestro
coche. Ya digo: manías.
Daniel Nesquens, en Cuentos
a la orilla del sueño. Fundación
Theodora. (Texto adaptado).
1 ¿Qué tipo
de texto acabas de leer?
Narrativo
Teatral
Poético
2 ¿Qué persona
utiliza el narrador
para contar la historia?
La tercera persona, un narrador
ajeno a lo que pasa.
La primera persona, el narrador
es un personaje de la historia.
3
¿Cuál es la manía del padre del protagonista?
Volver
a casa cuando está a mitad de camino de vacaciones.
Comprobar dos veces que ha cerrado la puerta.
Cerrar la puerta de casa con
dos vueltas de llave.
4
¿Qué consecuencia molesta
tiene la manía de su padre para la familia?
Que muchas
veces tienen que volver a casa.
Que su padre se pasa el tiempo preocupado.
Que
la familia entera se enfada.
5 ¿Qué terrible embrollo estuvo
a punto de causar la manía del padre?
Que casi
tuvieron que volverse tras haber recorrido cuatrocientos kilómetros.
Que el padre y
la madre estuvieron a punto de enfadarse.
Que el padre terminó por volverse
loco a causa de esa manía.
6 ¿Qué solución se le ocurrió al narrador?
Llamar a la
vecina para que ella comprobase que la puerta estaba cerrada.
Que su padre
se volviera solo para comprobar que la puerta
estaba cerrada.
Volver todos juntos para
comprobar que la puerta estaba cerrada.
7 ¿Cuál es la manía del protagonista?
Buscar
solución a todos los problemas planteados por su padre.
No escuchar las cosas
que le dicen sus padres.
Sumar los
números de las matrículas y las cantidades de los objetos que ve.